miércoles, 19 de octubre de 2016

Sierras de Moratalla light

Estamos inmersos en plena bajada, las orejas rojas, gélidas, doloridas, decididamente no estamos acostumbrados a estas temperaturas; hemos pasado de los doce grados de Murcia a las siete y media de la mañana, a los dos del Sabinar una hora después, se nota que estamos en tierras albaceteñas. Bajamos hacia el Nerpio, en realidad hacia el embalse que forma el incipiente Taibilla, hacia el camino del Canal. Hoy nos proponemos realizar una ruta que en algún aspecto se parece a la Cicloturista Sierras de Moratalla, pero mucho más descafeinada que la original. Primero será más corta, unos 90 kilómetros y con menos desnivel y por supuesto con una media mucho más "humana", más acorde con nuestras características de "maduritos fondones". Pero que nadie se llame a engaño, la vieja carretera de Vizcable, creada para la construcción del Canal del Taibilla, nos pondrá a prueba con sus constantes desniveles que nos van a preparar para el verdadero reto; que no es otro que superar el puerto de Benizar, con algunas rampas, sobretodo al inicio, que superan el 16%.



Nos hemos introducido por el estrecho desfiladero que el Taibilla labrado en corazón de la roca caliza. Allá abajo, corre encajado entre peñascos verticales, custodiado, por chopos y olmos equilibristas. Seis "inconscientes" amigos estamos pedaleando por la fresca umbría, ¡como echamos de menos en momentos como estos a nuestra templada tierra!, y algún valiente hasta ha venido de corto; pero la mayoría vamos embutidos en nuestros chubasqueros como los esquimales en sus pieles; la nariz roja y húmeda. No será hasta el medio día que la temperatura alcance unos confortables doce grados. El viejo camino del Canal, esta falto de mantenimiento, el asfalto descarnado no invita a demasiadas alegrías en las numerosas bajadas que los constantes desniveles proporcionan en su afán de ceñirse fielmente a la orografía de las sierras.



El paisaje se abre tímidamente y son ahora minimalistas huertas las que ciñen al joven Taibilla. En una curva a derechas descubrimos, casi por sorpresa, la torre islámica Vizcable. Una de las fortificaciones que junto a las de Taibilla, Yetas, Xutia y Turrilla formaban el sistema de atalayas del castillo musulmán de Yeste, que posteriormente siguió utilizando la encomienda Santiaguista. Bajo ella David se hace un "selfie". El camino del Canal sigue con sus constantes subidas y bajadas, se ciñe mimético a la sierra del Tobar, lo que hace ameno su pedalear, pero implica un constante desgaste que apenas notamos, pero que se hará patente con el paso de los kilómetros. Letur nos recibe con anuncios de quesos artesanos, lo que despierta en mi las ganas de hacer un alto; pincho de tortilla incluido, al que casi nadie hace caso preocupados por "no perder el ritmo" ante la subida del Benizar. Como no tengo "ritmo" paro en un viejo conocido; el Mesón el Labrador, y me hago con un enorme pincho de tortilla. "Intimidado" por lo del ritmo, me abstengo de la cerveza que es lo que realmente me apetecía y la cambio por coca cola, por aquello del azúcar, pero no es igual y al final voy a andar lo mismo. Antonio y Juan Bautista se han quedado a esperarme en la terraza, por lo que troceo el pincho y se lo ofrezco junto a unas rebanadas de pan. Visto y no visto, lo devoramos en armonía y concordia.



Continuamos hacia Socovos, con la misma tendencia de subidas y bajadas, pero con mejor firme. Ya en Socovos, buscamos por nuestra derecha una bonita carreterilla que sigue, entre pinos, el arroyo de Benizar hasta la población de La Tercia, comienzo del "temible" puerto que desconozco. Y la verdad que al principio hace honor a esa fama suya; las primeras rampas de las estribaciones de la sierra de la Muela, hacen apretar de firme los riñones, Juan me dirá después que las rampas superaban el 16 por ciento, porque desde que comenzó el puerto yo ya no le vi. Los cinco restantes, Jesulen, Antonio, Ángel, David y yo por ese orden, nos arrastrábamos, rezando para no tener que echar pie a tierra. Suavizan un poco, con lo que Antonio y Jesulen toman unos metros sobre Ángel, mientras David y yo nos quedamos más retrasados. Con un par de kilómetros de puerto empiezo a sentirme mejor y poco a poco voy dejando a David y acercándome a Ángel, al que superó hacia la mitad de la subida. Jesulen y Antonio, están solo a dos curvas más adelante pero me costará todo lo que queda de puerto para alcanzarlos, no los supero hasta las últimas rampas en las que Antonio decide esperar a David y Jesulen se descuelga poco a poco.



Prácticamente superado el puerto aún nos quedan dos rampas para coronar, que a traición, nos pondrán de nuevo a prueba, la última junto al cortijo de Las Lórigas. Que ganas dieron de quedarme junto a una barbacoa repleta de longaniza. Fue como un bofetón para mi cerebro concentrado en el esfuerzo de superar el puerto. Y para mi estomago por que era ya buena hora para comer. Con sacrificio y vergüenza torera decline probarla, cuando con amabilidad me ofrecieron un buen trozo, sostenido en una generosa rebanada de pan . A partir de aquí todo es favorable, solo nos sorprenderán pequeños repechos que superaremos casi con la inercia. Pedaleo a plato con la mente puesta en la cerveza bien fría que me voy a tomar cuando llegue y en la longaniza de Las Lórigas. Intento ver a Juan Bautista por delante en alguna de las largas rectas que nos depara la carretera, pero ni rastro. Después me enteré que llegó medía hora antes que yo y Jesulen, que me ha alcanzado durante la bajada. Casi lo que le hemos sacado nosotros a David y Antonio, je, je, exagerar no está prohibido.



La última parte de la ruta ha sido en el restaurante El Cortijo, mientras esperábamos el arroz hemos dado cuenta de un rabo de cerdo como lo ponen por estas tierras; frito, frito. El queso y el jamón, también nos dieron grata compañía mientras duraron; y por supuesto nos hemos hidratado convenientemente. El arroz; de conejo con serranas, estaba rico y meloso, del que no hemos dejado ni un grano, unos postres y los cafés han sido el colofón a esta magnífica jornada de amistad, pedaleo del bueno y paisajes inolvidables.   


Mariano Vicente, 15 de octubre de 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por visitar este blog. Si le apetece puede dejarme su comentario.