miércoles, 29 de diciembre de 2010

Paseo por el Valle


Suena el teléfono. ¿Dónde lo he puesto? Mi mujer aparece con él en la mano.

-Toma que tienes una cabeza…

Le doy al botoncito verde y suena una voz; es Matías.

-¿Qué vas hacer mañana? ¿Salimos?

La verdad es que estoy un poco fuera de juego, como sabes han operado a mi mujer y esta muy dolorida, lo que iban a ser diez minutos se transformo en una hora de quirófano y trescientos cincuenta gramos de inquilino.

-Yo, a las nueve pienso estar mañana en la peluquería.

Si señor, con un par. Esto resuelve mis dudas y decido salir con Matías. Salida que nos va a servir para aliviar nuestras culpas, pues a pesar de las buenas intenciones y propósitos de enmienda para estas fiestas navideñas, terminaremos como siempre comiendo y, sobre todo, bebiendo demasiado.

Más que una “salida” va a ser un paseo para desentumecer las piernas y despejar la cabeza. Decidimos acercarnos al Valle, subiremos por los Puros y nos dejaremos caer hacia la Fuensanta y por Patiño regresar a casa.

Hace frío, así que quedamos tarde, recojo a Matías pasadas las diez, y nos dirigimos a por su sobrino David, por el camino nos encontramos con Ángel. Iba ha salir una hora antes, o al menos eso fue lo que me dijo ayer.

Nada más comenzar la subida de los Puros, aun en el asfalto nos encontramos con el resto de la grupeta, más madrugadores que nosotros ya de regreso. Subimos con calma, charlando de cómo se presentan las fiestas y casi sin darnos cuenta estábamos en el collado del Relojero.

-¿Por dónde bajamos?

Propongo hacerlo por el GR hasta el santuario, David esta de acuerdo, Matías prefiere bajar por la pista y propone que le esperemos en el santuario. Las piedras del sendero; húmedas y resbaladizas nos inyecta un poquito de adrenalina.

En el santuario esperamos a Matías y regresamos por la carretera de Patiño. Y quiero dejar constancia de que no fue premeditado –como algún mal pensado opinará- y como la mejor forma de superar la tentación es caer en ella, caímos y como. En la bolera que esta antes de la curva de Patiño hicimos un alto. Cerveza, vino, tocino, salchicha, longaniza, butifarra, blanco, olivas…Y vuelta a empezar. No tenemos solución.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Sierra de Ricote

Sierra de Ricote, sábado 11 de diciembre 2010



Hoy hemos disfrutado de una bonita mañana de ciclismo por la sierra de de Ricote. El jueves, mientras almorzábamos en el restaurante La Vereda de Torreaguera, tras unas horas de pedaleo, decidimos hacer el sábado una salida por Ricote. Dicho y hecho. Llamamos a nuestra amiga del restaurante Mari Paz y le encargamos un arroz con serranas.

La mañana es templada y las capas de niebla diluyen en paisaje hasta convertirlo en algo casi irreal. Avanza el día y la niebla se disipa en jirones por las cumbres; aguantando, a duras penas, en el fondo de los valles.

Bajamos de los coches y preparamos las bicicletas. Copito luce preciosa con sus nuevas ruedas, le dan un aire más esbelto y liviano. Decidimos comenzar la jornada con un buen belmonte algo cargadito que nos entonara para nuestro primer compromiso; una fuerte subida nada más empezar a pedalear que nos lleva hasta la casa forestal de Cuesta Alta.


Este tramo nos hace esforzarnos para superarlo, así en frío, si no me tomo el café no subo. Poco a poco nos vamos entonando y cogiendo ritmo de pedaleo. En las umbrías, las carrascas gotean sobre nosotros el rocío de la mañana, el terreno está húmedo pero sin barro. El sendero; llamado de la Madera, porque se utilizo para la repoblación forestal de la sierra, se abre paso entre quebradas y barrancos y el sol, esplendoroso, ilumina la mañana. Somos afortunados al poder disfrutar de esta temperatura; más de diez grados en plena sierra y en diciembre, y de esta tierra nuestra, tan diversa y llena de contrastes en muy pocos kilómetros.


El sendero bordea la sierra por el Norte cogiendo altura sobre los campos de la Bermeja. Continuamos con nuestro ascenso en zip-zas rodeando el cabezo de los Machos hasta llegar al collado del Moro. Nos encontramos con un grupo de ciclistas que había subido desde Yechar, charlamos un rato y ellos continuaron hacia el sendero de la Madera y nosotros nos introducimos por el viejo camino que lleva a la casa forestal de la Calera, para regresar al poco tiempo sobre nuestros pasos. De seguir, se no haría algo tarde para el arroz y preferimos que no se pase.

Continuamos hasta el collado Linuesa y subimos a la garita de Vigilancia, punto más alto de nuestro recorrido con 944 m. (949 m. marca el gps), nos hacemos las fotos de rigor y nuestro amigo David nos ilustra con una lección de geografía situando los picos de la Región que son visibles desde aquí.



Comenzamos el regreso rodeando los Riscos del Gato, nos encontramos de nuevo con nuestros amigos, los que habían comenzado en Yechar, que buscaban la pista de bajada que una tala forestal les ocultaba. Precisamente nosotros veníamos por ella para cruzar la rambla de Ambrós y subir hacia Piedra Negra. Charlamos un rato y cada cual continúo su camino. Retomamos de nuevo el sendero de la Madera y por la casa forestal de Cuesta Alta regresamos al punto de salida.



Somos siete, tres con algo de prisa que “solo” tomaran un bocata de lomo. Los otros cuatro; con sosiego y buen hacer, dimos cuenta de un buen plato de embutido mientras salía el arroz. Estaba bueno con sus serranas, pero queríamos más y nos trajeron una fuente de chuletas de cordero a la brasa. De postre; pan de Calatrava y tocino de cielo. Lo bueno de no tener que conducir, esta vez le ha tocado a José Luis, es que puedes tomar todo el orujo que quieras para desengrasar.











Murcia, sábado 11 de diciembre de 2010.

Enlace a Wikiloc: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=1353226


Punto de salida restaurante Mari Paz: 448 m.
Altura máxima garita de vigilancia: 949 m.
Acumulado subiendo: 1002 m.
Acumulado Bajando: 869 m.


  

lunes, 6 de diciembre de 2010

Vuelta a Revolcadores sobre un manto blanco y helado.



Algunos agoreros argüían que no saldría bien. Se equivocaron; a pesar de los pronósticos que vaticinaban el día más frío del otoño y probablemente del año en la Región de Murcia, pasamos un día maravilloso, emocionante y divertido.

El noventa por ciento de la “grupeta” se “rajo” a pesar de que algunos “son del norte”, allí donde empezó la Reconquista. Otros adujeron compromisos familiares y otros directamente pensaron que estábamos locos. Pero no, no lo estábamos y pasamos un día realmente memorable.



Comenzamos con cinco grados por debajo del cero, pero después de los “carajillos” en el restaurante de Los Odres ya superamos el positivo. Comenzamos a pedalear en dirección al Hornico para dirigirnos al collado Ballesteros. Era divertido pasar haciendo equilibrio sobre los charcos helados para comprobar con asombro que aguantaban estoicos nuestro paso, y eso que yo supero los cien kilos.

Divertida y vertiginosa bajada hacia la rambla de Inazares horadando la nieve virgen y helada. Había que extremar la precaución, este manto blanco y puro, podía ocultar sorpresas desagradables lo que hacía subir la adrenalina.

En Inazares, repusimos fuerzas en el restaurante El Nogal ante un buen plato de embutido y una jarra de vino. Eso sí, con gaseosa para hidratarnos.

A continuación nos esperaba una dura y resbaladiza subida sobre la nieve helada. El pedalear se hacía difícil; constantemente la rueda trasera perdía tracción y, nosotros el equilibrio.

Ya en el collado nos hicimos las fotos de rigor y disfrutamos de unos reconfortantes y luminosos rayos de Sol que templaron nuestros cuerpos. A partir de aquí, lo mejor de la jornada. Nos esperaba la bajada hacia la rambla de la Rogativa. Virgen, impoluta, helada, esperaba la pista nuestro paso. Descendimos abriéndonos camino sobre dos palmos de nieve que se hundía a nuestro paso crepitando ruidosamente. Os puedo asegurar que nos divertimos como nunca. Ya, más abajo, cuando la nieve solo alcanzaba algunos centímetros me atreví a rodar un pequeño video que dejara constancia de nuestro paso.

La subida desde la ermita de la Rogativa no fue especialmente difícil, salvo en la parte final, junto a Puerto Alto, ya que el camino se iba convirtiendo poco a poco en una pista de patinaje. Más duro fue el descenso hacia Cañada de la Cruz por un asfalto traicionero, en el que las placas de hielo; pulido como el acero, se alternaban con rodadas de nieve helada que nos obligaban a escoger con sumo cuidado la trayectoria.






No hemos pasado frío, al contrario, ha sido un día estupendo, que terminamos como a nosotros nos gusta, alrededor de una mesa disfrutando de los amigos; gente de buen yantar y mejor beber, que no se arrugan por un poco de frío y se crecen ante las dificultades.

Mariano Vicente, sábado 4 de diciembre de 2010.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Se ha impuesto el sentido común

Se ha impuesto el sentido común. El Tribunal Supremo ha declarado conforme a derecho la Ordenanza de Circulación de Peatones y Ciclistas de Sevilla que permite a las bicicletas circular por las aceras.

El Tribunal Supremo ha anulado la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. El Supremo declara “ajustado a derecho” el acuerdo del Pleno municipal de Sevilla que el 21 de septiembre de 2007 aprobó esta ordenanza y entiende que no infringen la Ley de Tráfico ni el Reglamento General de Circulación.

Con esta sentencia permite los itinerarios ciclistas sobre zonas peatonales “aunque la zona peatonal pueda quedar un poco reducida, en modo alguno significa que se deba compartir el paso de los peatones y el de los ciclistas, ya que para ello se establece en los artículos anulados una zona especifica para el carril-bici, por ello, necesariamente deja de ser peatonal”.

En las zonas de tráfico compartido y peatonal los ciclistas circularan “respetando en todo caso” la prioridad del peatón. Permite igualmente circular en sentido contrario al del tráfico y amarrar las bicicletas al mobiliario urbano y a los árboles. La ordenanza municipal permite hacerlo cuando no haya aparcamientos específicos en un radio de 50 metros o estén ocupados, “siempre que con ello no se perjudique la salud del árbol, no se impida su perfecta visibilidad” ni se “entorpezca el tránsito de vehículos o peatones”.

En Murcia, el Plan Director de la Bicicleta, prevé la instalación de lo que denomina acera-bici, siempre y cuanto las aceras tengan una anchura superior a los 4 metros.

La Sociedad, y los cambios producidos en la ciudad en materia de movilidad nos abocan, cada vez en mayor medida, al uso compartido de los viales entre todos los medios de transporte y con especial relevancia peatones y ciclistas.

El respeto, junto al sentido común, debe ser nuestra guía a la hora de comportarnos. Sí queremos podemos…

Enlaces:

Diario la Verdad:

-El Ayuntamiento permitirá ir en bici por aceras de más de 4 metros
http://www.laverdad.es/murcia/v/20101125/murcia/ayuntamiento-permitira-bici-aceras-20101125.html#opina

-Necesitamos hacer carriles en condiciones
http://www.laverdad.es/murcia/v/20101125/murcia/necesitamos-hacer-carriles-condiciones-20101125.html

ConBici:

-¡Muy importante! el tribunal supremo respalda la ordenanza de Sevilla!
http://www.conbici.org/joomla/index.php?option=com_content&view=article&id=555:el-tribunal-supremo-respalda-la-ordenanza-de-sevilla&catid=18&Itemid=58

El texto completo de la sentencia:
http://media.grupojoly.com//0000701000/0000701261.pdf

jueves, 18 de noviembre de 2010

El viernes, 19 de noviembre y a las 10.30 horas saldremos en la tele.


El viernes, 19 de noviembre a las 10.30 horas saldremos en la tele.

Será en la 7 Región de Murcia, en el programa: Buenos días. El Magazine; Programa magazine de las mañanas de 7rm en donde se debaten temas de actualidad en diferentes secciones como salud, sucesos, deportes... Conducido por David Jiménez y Encarna Talavera.

El tema: La seguridad ciclista. Somos protagonistas en un reportaje sobre seguridad del tráfico, con la bicicleta como protagonista y el testimonio de un hombre que la ha sufrido en sus propias carnes.

También se puede seguir por Internet en la 7RM: www.7rm.es

lunes, 15 de noviembre de 2010

Estamos de enhorabuena, la vía verde se asoma a Murcia.

Estamos de enhorabuena, la vía verde se asoma a Murcia.


Es la noticia que aparece hoy en el diario La Verdad. Esta primavera puede estar concluida la obra. Han pasado 13 años, pero nunca es tarde si la dicha es buena.
La información completa en:
http://www.laverdad.es/murcia/v/20101115/murcia/verde-asoma-murcia-20101115.html

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Crónica de la II Marcha Ferroviaria. Murcia 2010

Primeras horas de la mañana. Aún no son las ocho, pero ya estoy listo. He mandado a mi hijo a por el hielo y hemos cargado en el coche las cervezas y coca-colas que utilizaremos en el “refrigerio” a tomar en San Miguel de Salinas. También los recipientes lo hemos echado en el coche, ya no me queda salvo coger la bicicleta y acercarme hasta la estación de Renfe donde tenemos la salida.


Llego al aparcamiento y aún no hay nadie. Poco después empiezan a llegar los primeros ciclistas. Saludos, risas y algún abrazo. Pronto somos un buen grupo y a las ocho y cuarenta y cinco comenzamos a pedalear. En el cruce de San José nos esperaba el resto, miembros del club ciclista El Alpargate y bastantes simpatizantes que junto a los amigos de Orihuela y Alicante formábamos un grupo de aproximadamente setenta unidades.


Más de la mitad formo el grupo A, gente aguerrida y suficientemente preparada, fue a desfogarse al desfiladero del Garruchal y Cabezo de la Plata. El resto continuamos por la carretera de Sucina hasta el cruce con la de Torremendo, al que llegamos tras pasar la estación de Canteras. Mientras que en el grupo “A” algunos empezaban a pasarlo mal debido al alto ritmo impuesto, los del “B” pedaleábamos charlando placidamente hacia Rebate.


La subida, a un ritmo suficiente para no descolgar a los menos preparados, se hizo llevadera y amena hasta el reagrupamiento de San Miguel. Mientras los del grupo “A”, iban dejando cadáveres por el camino, algunos se volvieron sin llegar al reagrupamiento, otros incluso, no llegaron a subir Rebate accediendo a San Miguel por el canal del trasvase Tajo-Segura.


En el refrigerio, nos igualamos todos, tanto los del Grupo “A” como los del “B” nos “hidratamos” por igual. Gustaron mucho las almendras al pimentón y las adobadas al tomillo. Tampoco quedo nada de las naturales, ni de los refrescos, ni del centenar de latas de esa estrella verde de nuestra Región. Regreso desde San Miguel de Salinas por el canal del trasvase Tajo-Segura. Las hostilidades se volvieron a desatar pasado Vista Vella, ya en la carretera del pantano de la Pedrera, lo que provoco un reguero de ciclistas a lo largo de varios kilómetros. Como pudieron; unos mejor que otros, fueron llegando a Torreagüera y al restaurante La Vereda, lugar previsto para la comida.


Aquí, solo nos quedamos los auténticos: 33. Aquellos que entendemos que el ciclismo es algo más que dar pedales, que valoramos los ratos pasados con los amigos y que consideramos que comer juntos es, cuanto menos, tan importante como pedalear juntos. Pero como dice mi amigo Pepe: “Hay gente pa to”. Sabroso y en su punto estaba el asado de cordero, fría la cerveza. Se puede pedir más…

Mariano Vicente, sábado 25 de septiembre de 2010.

Podéis ver las fotos en: En el álbum de google: Ferroviaria 2010 Murcia

lunes, 20 de septiembre de 2010

Subida al Perdigón, Sierra de las Herrerías


Son las 8,25 y José Luís y Juan Manuel están esperando impacientes al otro lado de la verja. Lo tengo todo preparado y estaré listo en unos segundos, se han adelantado cinco minutos.

- Buenos días, ¿Qué clase de válvulas lleváis?

La tarde anterior al preparar la bicicleta compruebo con asombro como la rueda trasera esta totalmente desinflada. Desmonto y compruebo que la válvula se ha despegado de la cámara, pongo la de repuesto y confío en que mis compañeros de recorrido tengan cámaras suficientes.

-Me parece que llevamos una para los tres –contesta con sorna Juan Manuel.

El día, suave y luminoso, nos promete una agradable mañana de pedaleo, José Luís propone subir al Perdigón y a todos nos parece bien, esta vez subiremos por un camino que han arreglado recientemente, descartando la aproximación por la rambla de las Moreras pues trae mucha agua y esta intransitable, continuaremos por la carretera de Morata hasta el comienzo del camino. Un poste de madera con una tablilla en la que se puede leer: Sierra de las Herrerías, y debajo: Llanos de Ifre, nos muestra la dirección a seguir. Este camino esta más al sur, es más largo y con algo menos de pendiente que el que solemos utilizar y coincide en parte con el de bajada.


Juan Manuel, más fuerte que nosotros, marca el ritmo en la subida; le sigue José Luís, y yo como siempre, voy el último, les sigo con dificultad y solo recupero terreno cuando la pendiente se suaviza. El camino serpentea alrededor del Perdigón; primero por el este, para pasar al sur y al oeste. Continúa por el norte para volver al este y al sur siendo este tramo de duro hormigón en sus últimas rampas.

Arriba se percibe cada vez con más claridad la garita del Perdigón, el pasado año solo estaba la estructura de hormigón, ahora cuenta con paredes sin enlucir y ventanas de aluminio.

Abajo, al sureste, se distingue una vieja explotación minera. De oro, nos informa nuestra anfitriona, joven y encantadora guarda forestal que nos recibe con una amigable sonrisa, le pedimos que nos haga y se haga con nosotros una foto. Accede y con los móviles inmortalizamos el momento, nos ofrece agua, más fresca que la de nuestras mochilas, bebemos y charlamos un buen rato.


Se nos ha hecho tarde y el calor se deja sentir. La culpa la tiene José Luís, anoche llego al Puerto algo tarde y no comprobó la bicicleta, esta mañana la cadena en cada vuelta de pedal, producía un chirrido monocorde e irritante que nos estaba poniendo los nervios a flor de piel. Decidimos acercarnos a la gasolinera de Mazarrón y buscar algo para engrasarla, lo conseguimos con los restos del aceite de uno de esos tubos que se utilizan para la mezcla de las motos de dos tiempos.

Comenzamos la bajada acompañados por el sonido monótono de las cigarras y el rodar de las cubiertas sobre la grava del camino, de pronto, un grito extemporáneo seguido de un juramento nos detiene en seco. Juan Manuel se ha dejado el casco en la garita y tiene que regresar a por él. Nosotros, insolidarios, le esperaremos a la leve sombra de un joven pino.

Cuando regresa, comenzamos un vertiginoso descenso hacia los Llanos de Ifre, la carretera de Pastrana y a la N-332, nuestro destino: Los Cazadores, caserío situado en la confluencia con la carretera de Cañada de Gallego, su mayor interés corresponde al bar situado junto a la vía. Dejamos las bicicletas, nos despojamos de mochilas, cascos y demás artilugios, para sentamos en la terraza detrás de tres enormes, húmedas y frías jarras de cerveza. Pronto pedimos otras tres, esta vez acompañadas de ensalada murciana y tapicas de la tierra.


Repuestos, continuamos por la rambla y entre invernaderos alcanzamos la orilla del mar. Seguimos por la costa dejando a nuestra derecha recoletas calas de aguas transparentes que invitan al baño. La zona de la playas nudistas esta más concurrida, lo que obliga a sortear algo de tráfico en el sinuoso camino recalentado por el sol. Abajo, las transparentes aguas dejan ver las oscuras manchas de las rocas sumergidas en vivo contraste con el más claro de la arena. Al desplazar la vista hacia la lejanía, el mar va cambiando del verde al plateado hasta fundirse, ya en el horizonte, en una atmósfera de plomo solo rota por el vuelo de las gaviotas.


Atravesamos las mil veces vistas y siempre cambiantes erosiones eólicas de Bolnuevo, la desembocadura de la rambla de las Moreras y entramos en el Puerto de Mazarrón, fin de nuestro recorrido.

Puerto de Mazarrón, domingo 5 de septiembre de 2010.

P.D.: No se cuando se publicara esto, quedan estas líneas en una llave de memoria a disposición de mi sobrina, intermediaria voluntaria entre el blog y yo. Desde que comencé la rehabilitación de mi vivienda, allá por mes de mayo, estoy viviendo en otro lugar sin conexión a Internet. Espero que esto acabe pronto.

Algunas ramblas del Puerto de Mazarrón

Es temprano y hace tiempo que estoy despierto. Por la ventana entra esa luz grisácea del amanecer, y con ella, los profundos silbidos de un estornino, que encaramado en la antena de televisión, lanza al aire húmedo de la mañana. Se ha empeñado en ser mi despertador los pocos días que este verano he podido venir hasta el Puerto de Mazarrón. Hoy haré una salida en bici con José Luis, a los 8.30 vendrá a buscarme, así que aun tengo tiempo para prepararme y desayunar tranquilo. Me preparo un buen café en la italiana, y unas buenas tostadas de unas barras “de a kilo”, que venden aquí en el Puerto. ¡Me encantan!


Aún no son las 8.20 y ya esta José Luis en la puerta. Lo saludo y le digo que espere, voy a llenar la mochila de agua, la ruta que hemos decidido hacer hoy es corta, muy agradable y solitaria, pero hay que llevar provisión de agua, al fondo de las ramblas no suele llegar la brisa y se nota el calor, aunque la temperatura ha bajado algo estos días, ya estamos en septiembre.

Nos ponemos en marcha, por el paseo marítimo salimos del Puerto. Pasamos El Alamillo y continuamos; después de la rotonda, por un camino paralelo a la carretera de Cartagena (N-332-1) o por la misma carretera si nos apetece, para tras recorren poco más de un kilómetro girar a nuestra izquierda por un camino que nos lleva hasta el camping. Lo pasamos y nos introducimos en la pequeña, pero no por ello menos atractiva, rambla de la Alameda.
Nos introducimos en el cauce para pedalear entre escarpados montes de esparto y tomillo, de perdices y palomas. Pedaleando sobre arena que hará difícil el avance pero no imposible. No es muy larga, pronto tendremos que abandonarla, lo que nos obligara a esforzarnos para salir del cauce. Antes de llegar al collado, nos introducimos hacia la cabecera de otra rambla: la de los Molares. Remontamos su cauce durante kilómetro y medio y como amantes inseguros, la abandonamos por otra.


Subimos hasta el collado para dejarnos caer hacia la casa de la Viña, donde nos introducimos de nuevo en el cauce; pero esta vez en él de la Rata, que en menos de quinientos metros, junto a la casa de Bernabé, desemboca en la de Valdelentisco.
Nos dirigimos cauce arriba, entre cañas, arena y polvo. Este cauce es utilizado por los “guiris” que se han instalado en las antiguas casas de labor, antaño abandonadas y hoy remozadas. Les gusta la soledad a estas gentes.
Seguimos pedaleando entre cañas, chumberas e higueras, a estas horas, acompañados ya por las cigarras y su canción monocorde. Llegamos al caserío de Valdelentisco, salimos a la carretera y recorremos los escasos mil metros que nos separan del collado de La Cuesta (352 m.)


Aún hay que seguir subiendo, por nuestra derecha sale un camino con las orillas plantadas de buzones que nos lleva al collado de Masajarte. Disfrutamos de hermosas vistas, tanto de la rambla de Valdelentisco; como del golfo de Mazarrón y las sierras de las Moreras y Herrerías, por nuestra derecha. A nuestra izquierda; el basto campo de Cartagena y la sierra de los Barbastres. Al frente, Peñas Blancas y la recoleta rambla del Esparrillar.


Nos dejamos caer, hacia nuestra derecha, por un camino que lleva a las antiguas y diseminadas casas de labor que pueblan la cabecera de esta rambla, hoy habitadas por “guiris”-que nadie interprete esta expresión de forma despectiva, pero la diversidad de nacionalidades, especialmente centroeuropeas que se han asentado en estas casas, nos obliga a ello-.

Casi sin darnos cuenta rodamos por el cauce; acompañados en algunos tramos por antiguos bancales escalonados en las pinas faldas, hoy abandonados. Antiguas casas, derruidas y abandonadas, se alzan en las laderas testigos de otros tiempos; veteranos almendros retorcidos, abrasados por el sol, sobreviven como pueden; curtidas higueras de formas imposibles se encaraman a las laderas; viejos algarrobos, sustento antaño del exiguo ganado de los moradores de la rambla, viven del rocío que humedece las madrugadas. Por nuestra derecha desembocan barrancos de sugerentes nombres: los Grajos, del Lobo...nos encontramos incluso algunos pinos, antes de que nuestra entrañable rambla se rinda en otra mayor, una vieja conocida: Valdelentisco.


Rodaremos rambla a bajo, nos abriremos paso entre guijarros. Poco a poco iremos ganando terreno hasta llegar a la carretera. La cruzamos, y continuamos por el cauce sin un camino definido hasta el camino asfaltado que lleva a la impulsión de Valdelentisco.
Poco nos resta por hacer, continuar hasta la carretera de regreso al Puerto de Mazarrón e hidratarnos convenientemente. Os recomiendo las manitas y el cazón; el sitio: el bar los Vivancos, un viejo conocido en el Puerto.


Más fotos en: Ramblas de Mazarrón


Mariano Vicente, septiembre 2010