domingo, 23 de octubre de 2011

Apatía versus Miravete


Apático. Sí, creo que esa es la palabra adecuada para describir el estado de ánimo en el que me encuentro desde hace ya algunos meses. Los Pedales de León, en junio, fueron mis últimas salidas con fundamento. Desde entonces no tengo casi ganas de salir y aun menos de esforzarme, salgo en la bici como podría hacer cualquier otra cosa, sin ilusión, sin entusiasmo. Supongo que será algo pasajero, que recuperaré la iniciativa y pronto estaré pensando en esta o aquella ruta, la que recorre ese paraje poco conocido, o aquel otro emblemático.

Hoy hemos salido, sin saber muy bien dónde ir, pasadas las diez de la mañana y sin muchas ganas de sufrir. Venía Matías junior, el muchacho lleva un año sin tocar la bici, solo ha salido esta última semana que ha estado de vacaciones, por lo que estábamos pensando en algo suave como la mota del río hasta Orihuela. 


De pronto he pensado, qué porqué no lo contrario. Porqué no una subida, relativamente larga, con rampas asumibles, que tomadas con calma son fácilmente superables. Sí, subiremos al Miravete. A demás, ni Matías ni su hijo la conocen, lo que le prestara un mayor interés.


Cruzamos así la Vereda Real de Torreaguera y comenzamos a dirigirnos al desfiladero del Garruchal, la idea es rodear la sierra de Canisola, subiendo por el camino de los González. Ponemos el molinillo y vamos rodeando por el Norte los Mamellones. 

Superamos el collado y nos dejamos caer hasta la casa que ha dado nombre al camino. Me despisto, equivoco el camino y entre limoneros llegamos a lo alto de un cabezo. Aquí termina el camino, no sé qué hacer, volvemos sobre nuestros pasos o nos arriesgamos campo a través buscando el buen camino. Cabezo abajo, entre espartos y romeros, con la bicicleta al hombro hasta recuperar el camino correcto.
Buscamos el collado de las Amoladeras. Siempre que paso por aquí siento un cierto temor, quizá irracional, hacia un criadero de perros que ocupa la ladera. Siempre me hago la misma pregunta. ¿Si se escapan en jauría, que puede pasar? Supongo que ni los huesos, tan solo las partes duras del cuadro serán reconocibles. Mejor no pensarlo.

Llaneamos hasta el pie de la cruz del Miravete. Nos esforzamos en un pequeño trecho, pedregoso y roto hasta una pequeña senda que pronto deja de ser ciclable. Un pequeño esfuerzo más con la bicicleta al hombro y estamos a los pies de la cruz, blanca y metálica del Miravete. Las vistas son magnificas, tenemos a nuestros pies gran parte del valle del segura, su huerta y también la máxima concentración urbana de la Región.


Brillantes envoltorios de barritas energéticas, rellenan los huecos entre las piedras. Tradicionalmente se ha asociado a senderistas y ciclistas deportivos, una imagen ecológica y de sostenibilidad del medio ambiente. Empiezo a dudarlo. No nos engañemos, cualquiera que tire un desperdicio en el monte es un cerdo. No merece otro calificativo, venga andando o en bicicleta. El dejar aquí sus desperdicios denota su total falta de conciencia ecológica y su falta de respeto sobre el medioambiente y a los demás usuarios del entorno. Seamos beligerantes, llamemos la atención a esos “compañeros” que no respetan las mínimas normas de urbanidad, con el tiempo todos saldremos beneficiados. Esto también es válido para los “carreteros”, que hay que ver como dejamos las cunetas.


Solo nos resta ya buscar la bajada hacia el valle. Nos dirigimos hacia el Este; para, tras dejar a nuestra derecha las Majadas, y a la altura de los Eslabones, dejarnos caer hacia la izquierda, primero hacia Los Ramos y después hacia Torreaguera, donde repondremos los líquidos perdidos y, porque negarlo, también algo más.

Mariano Vicente, 22/10/2011

sábado, 15 de octubre de 2011

Murcia se ha convertido en la ciudad española de la bicicleta


Desde hoy (14-10-2011) Murcia lidera a las ciudades españolas en pro de la bicicleta, presidirá la Red de Ciudades para la Bicicleta, sustituyendo a San Sebastián durante los próximos cuatro años. Esta organización, que nació el 13 de marzo de 2009, representa a más de 150 ciudades y organismos españoles con el objetivo prioritario de promocionar la bicicleta y todo ello en una sociedad en que los problemas de movilidad son una asignatura pendiente. Aun falta mucho para convertir las ciudades españolas en entornos más viables y sensatos.

Murcia ha trabajado en los últimos años para incorporar la bicicleta a la movilidad urbana, con cambios significativos. Sabemos que hay problemas por resolver, especialmente legales, de normativa, de compatibilidad… pero sobre todo de mentalidad. Pero una cosa tenemos clara: Sí queremos, podemos.

Estoy seguro; que esta presidencia, que convierte a Murcia en referente nacional de la bicicleta urbana, será un aliciente para intensificar las políticas de uso de la bicicleta como medio de transporte urbano para una movilidad alternativa y sostenible. Murcia no puede desaprovechar esta oportunidad.

Sabemos que no será fácil. Hay que adecuar las infraestructuras viarias, incrementar la seguridad de uso. Acercar; con políticas adecuadas, la bicicleta al ciudadano medio que le haga desistir de utilizar el vehículo privado. Es una labor ingente, pero todo tiene un comienzo y lo bueno es que aquí ya hemos comenzado. 

Caminante… se hace camino al andar.

sábado, 8 de octubre de 2011

Parques Naturales del Hondo y Salinas de Santa Pola




Parques Naturales del El Hondo (Parc Natural del Fondo en valenciano) y de las Salinas de Santa Pola

El Sol arranca destellos plateados de la laguna, desde nuestra atalaya móvil; el cercanías que nos acerca a la estación de Crevillente, podemos ver a la incipiente luz del amanecer toda la hondonada que formaba la antigua albufera de Elche. Este será hoy nuestro destino.
Donada por el rey al duque de Arcos, en el siglo XVII formaba una enorme albufera que las lluvias y el Vinalopó inundaban periódicamente y que el duque dedicaba a la explotación cinegética y piscícola. En 1845, Madoz constata la reducción de la laguna, separándose en dos zonas por un terreno seco, llegando a desecarse casi completamente en el s. XVIII por la propia colmatación natural y por los drenajes a que la sometió el cardenal Belluga.


 Con una extensión, que abarcaba las actuales poblaciones de San Felipe Neri, Dolores, Catral y San Isidro de Albatera por el Oeste, la línea de costa por el Sur, las estribaciones del cabo de Santa Pola por el Este y las sierras de Crevillente y Elche por el Norte, hoy solo quedan dos zonas inundadas y las dos artificiales. Una; los embalses de la Comunidad de Riegos de Levante, que forman la base del Parque Natural del Hondo y la otra, las explotaciones salineras de Santa Pola.

 
Parque Natural del El Hondo

Las aguas, proceden de la desembocadura del río Segura y son elevadas desde el Molino de San Antonio para abastecer a los regantes de la Comunidad de Riegos de Levante. Se construyeron estos embalses en la zona más profunda de la antigua laguna, están separados por el canal y tienen una extensión de 450 hectáreas el de levante y 650 el de poniente, con una capacidad de 5 y 11 millones de metros cúbicos respectivamente, regando una superficie cercana a la 40.000 hectáreas entre San Juan y Orihuela. Están rodeados por otras lagunas de menor entidad y abundantes saladares.


El Parque ocupa una extensión de 2.387 hectáreas de alto interés medioambiental, los embalses, aunque de agua dulce, poseen un alto grado de eutrofia, motivo de la escasa vegetación sumergida. En las motas y aguas poco profundas el carrizo monopoliza, junto a algunos juncos, el terreno. Las lagunas periféricas, de poca profundidad y aguas salobres, favorecen las formaciones de saladar como la suaeda, típica de la zona y de gran interés por su carácter endémico del sudeste peninsular.

  –Nos encontramos con un paisano caña en ristre, a la captura de la anguila, ¿y si sale un mújol o una carpa? La devuelvo al canal, a mí solo me gusta la anguila.-    
Especies como el mújol y la anguila abundan en el parque, pero su especie más importante es el fartet (Aphanius iberus), un ciprinodóntido endémico del mediterráneo español.
La avifauna es la mayor riqueza del parque, con una diversa y abundante cantidad de aves, pero su estrella es la cerceta pardilla, que tiene en el Hondo su principal punto de cría de toda la península. Esta acompañada por la malvasía cabeciblanca con una de las mayores poblaciones a nivel mundial.


Durante la época de nidificación podemos encontrar una importante colonia de diversas especies de garzas, entre las que destaca por su escasez la imperial (Ardea purpurea). Abundan las anatidas entre las que destacan, el pato colorao y el porrón común, acompañados la mayoría de las ocasiones por el tarro blanco.
En aguas poco profundas, encontramos limícolas como la avoceta, la cigüeñuela y la canastera. En el parque reside una importante colonia de flamencos.


Descripción del recorrido

El Sol asciende suavemente sobre los campos de labor, iluminando la carretera que nos conduce desde la estación de ferrocarril de Crevillente hasta el centro de interpretación del Fondo. Suave pedaleo, casi sin tráfico. Un agricultor se afana por extraer algo de la tierra. Hacia el Sur, se extiende el saladar, desde la bicicleta no se ven las lagunas, pero se intuyen cerca. Sobre el azarbe de Elche, vemos los primeros carteles del centro de interpretación, los seguimos. Al encontrarnos con el azarbe de la Rambla, seguimos por él, casi sin darnos cuenta llegamos al centro de interpretación. Los empleados nos tienden con cordialidad, responden pacientes a nuestras preguntas y nos recomiendan los mejores itinerarios.
Rodamos, hipnotizados por las estrías que forman las juntas de las tablas, sobre una pasarela de madera. Empezamos a ver algunas aves limícolas. Pronto llegamos a los observatorios, aquí nos quedamos un rato observando las aves, la próxima vez vendremos con unos prismáticos más grandes, tiene que ser muy entretenido.


Continuamos por el azarbe del Riacho, vemos un grupo de flamencos. Bordeamos el embalse de poniente y la laguna del Hondo. Cruzamos el canal de riego de Levante que separa los dos embalses, continuamos bordando el de levante por el azarbe del Dalt. Una garza se recorta majestuosa contra el cielo azul.
Pasamos la elevación del Progreso y continuamos por el mismo azarbe que no tendremos más remedio que abandonar, una enorme puerta de acero y madera nos impide el paso –una pena nos hubiera llevado al interior del Parque Natural de las Salinas Santa Pola, a menos de 2 kilómetros-, continuamos por un GR, el 232 que recorre el término municipal de Santa Pola.


El GR se enmaraña bastante y lo dejamos buscando un mejor camino. Lo encontramos, pasa junto a unas casas llamadas de Irles y volvemos a encontrarnos con el GR que ya no dejaremos hasta llegar a Santa Pola. Bordeamos las estepas salinas y los saladares que rodean el Parque hasta la misma población.
Estamos en Playa Lisa, tras dar un paseo –gran numero de bañistas disfrutaban de este postrero sol de otoño-, decidimos comer, ya visitaríamos a la tarde las montañas de sal y el museo de la sal. Lo primero lo conseguimos, lo segundo no. A pesar de los carteles en que se leía que la hora de apertura era a las 16.00 h., ya pasaba media hora y aquello seguía cerrado.


Decidimos continuar por el carril-bici de la CV-865 que nos llevaría en línea recta hasta la población de Elche y al cercanías que nos retornaría a casa.

Parque Natural de las Salinas de Santa Pola

De historia compartida con el del Hondo, será a finales del s. XIX y principios del XX cuando se produce la gran trasformación de este espacio natural a consecuencia de la instalación de las explotaciones salineras. Las salinas comenzaron a funcionar en 1890 en el Pinet y posteriormente en el Braç del Port.
El parque tiene una extensión de 2.470 hectáreas, en su mayor parte ocupado por las propias balsas salineras, que le confieren un especial atractivo debido a su vistosa coloración rosada, de mayor o menor intensidad según su concentración salina.


Las salinas mediterráneas suscitan un gran interés biológico, debido a que el agua de mar no se detiene durante el invierno. Las balsas permanecen inundadas durante todo el año, por lo que el ecosistema se mantiene, las aves se alimentan de peces e invertebrados que penetran en las salinas y estas se benefician de la riqueza mineral aportada por los excrementos de las aves.
El Parque está formado por diversos ecosistemas bien diferenciados que interactúan entre sí. El litoral, con su cordón arenoso formado por tres tipos de dunas: las fijas, con vegetación de repoblación, especialmente de pinos y eucaliptos plantados a principios del s. XX. Las semifijas, donde la vegetación es escasa, predominando las especies adaptadas a la arena. Y por último las móviles, más escasas y sin vegetación, que son desplazadas por el viento. Las balsas salineras forman su propio ecosistema, al igual que los cinturones de saladar que las rodean, con especies de sosas especialmente adaptadas a la alta salinidad del suelo. Finalizando con las estepas salinas que rodean a su vez a los saladares, con endemismos propios como la saladilla de Santa Pola.


En relación a las aves del parque, podemos decir que es una importante zona de nidificación, en especial para la avoceta, la cigüeñuela, el charran, el chorlitejo, el tarro blanco y la cerceta pardilla, esta última en peligro de extinción. Las anatidas son abundantes, al igual que el flamenco, de los que llegan a concentrarse más de 8.000 individuos. Tampoco son difíciles de ver aves ligadas a ecosistemas húmedos, como el aguilucho lagunero.


Mariano Vicente. Murcia, octubre de 2011