sábado, 22 de febrero de 2014

Por los Barrancos de Gebas


Salida/legada: Alhama de Murcia
Distancia: 28.65 kms.
Índice IBP: 103 (MTB)
Tiempo: 5.00 h.
Desnivel +: 845 mts.
Altura mínima: 175 mts.
Altura máxima: 500 mts.
Ciclabilidad: 98 %

Dificultad: No presenta más dificultad que las propias de las características del terreno, con fuertes y cortas subidas y bajadas, ramblas y al final escaleras en el sendero que conduce a Alhama.

Atractivos de la ruta:
Por un lado la propia población de Alhama y de otro el Espacio Protegido de los Barrancos de Gebas, espacio de más de 2000 ha. encajadas entre las sierras de Espuña, la Muela y El Cura. Paisaje caracterizado por la fuerte erosión de sus yesos que ha formado una serie de barrancos y cárcavas que conforman un verdadero "paisaje lunar". En 1995 fueron declarados Paisaje Protegido.

Asistentes: Ángel, José luís "el Puma" y un servidor.

Crónica:
Bajo la incipiente luz de la mañana, a través de la ventanilla del tren que nos lleva a Alhama, contemplamos la zona que vamos a recorrer. La presa del pantano de Algeciras; a continuación la sierra de la Muela, que tendremos que superar para acceder a los llanos de Gebas. La silueta de una torre se recorta sobre un promontorio; al fondo, como el decorado de una obra de teatro, la gris silueta de sierra Espuña.


Al acercarnos, el paisaje se define y los objetos se nos hacen más próximos, se agranda el imponente farallón de la Muela amenazando a la población entera. Se distingue con claridad la torre y algunos lienzos de lo que fue un altivo castillo. Más cerca, la factoría de embutidos El Pozo y unos almacenes de la Mancomunidad de Canales del Taibilla que dan paso a la estación de ferrocarril. Edificio moderno, anodino, abierto a todos los vientos, pintado de un gris industrial, que lo hace menos acogedor si cabe. Esta situado en un arrabal, antigua zona industrial, en la que nada nos habla de glorias pasadas, de cuando romanos, y después árabes, anduvieron por la zona.


Comenzamos a pedalear atravesando la población, hacia el Norte, con nuestro punto de mira en el castillo y bajo él, los baños que juntos dieron el nombre a la población. Alhama proviene del termino árabe Al-hamma que significa "baño termal" y ya el cronista árabe Al-Idrisi, en su descripción del camino desde Almeria a Murcia, menciona el lugar denominado como His al-Hamma "castillo del baño", la actual Alhama.

Estos baños tienen una singularidad, aunque no son los únicos que la poseen, y es la de tener separados los espacios destinados a funciones terapéuticas por un lado y la de ocio o social por otro, estando separadas por sexos.


Pasado el castillo y los baños, se nos aparece infranqueable la Muela, mole arenisca de escarpada pared, que sufriremos para franquearla. Buscamos una pista por nuestra derecha que tras pasar la ermita de la Candelaria hace un giro de ciento ochenta grados nos llevará al mirador de la Muela, donde contemplaremos un espectacular paisaje. Nos encontramos algunas rampas cementadas con un porcentaje del veinte por ciento, después los porcentajes se “suavizan” manteniéndose entre el diez y el doce por ciento. En 1992, fue declarada por el Plan General Urbano como Espacio Natural Protegido.



Desde el mirador de la Muela un extenso paisaje se ofrece a nuestros pies; toda la depresión del Guadalentín, calidoscopio que va desde los grises saldares al verde profundo de los huertos de naranjos y limoneros; y en entre ellos, los parrales. Más lejos, casi difuminado por la calima, el azul de Carrascoy. En el horizonte; silueteadas por el sol de la mañana, las sierras litorales, de Cartagena a Almería. Más hacia el Este El Valle y la vega del Segura. A nuestra espalda sierra Espuña se alza próxima y familiar; tras ella, al Oeste, las sierras de Lorca.


Descendemos entre densos pinares hacia la pedanía de Gebas. Durante el recorrido cambiaremos el pinar por almendros y naranjos, después será el esparto el que domine. Llegamos a la zona del Mirador de los Barrancos de Gebas, desde donde observamos de nuevo el atormentado paisaje de badlands "mako sica -malas tierras- que las denomino el pueblo Lakota", margas blancas y azules, sin apenas cubierta vegetal, sin árboles, sin sombra, donde la erosión ha configurado un agreste y tortuoso paisaje de cárcavas y ramblas con márgenes de pronunciada pendiente. 


Pedaleamos entre este alucinante paisaje buscando el sendero que nos lleva a la Muela. Almendros, bancales roturados por el arado, ramblas, cantos rodados, gravas y arenas. Baladres, cañas, más grava, más arena, subidas imposibles por laderas de yesos azules, blancos, grises, paisaje con colores que los pintores no encuentran en su paleta. 


El embalse de Algeciras, fue construido para laminar las riadas provenientes de la cuenca de la rambla del mismo nombre que drena la vertiente Este de Sierra Espuña y complementariamente la función de almacenamiento y regulación de caudales del canal de la margen derecha del trasvase Tajo-Segura. La presa, emplazada entre el Cerro del Castro de la Atalaya por la margen derecha y el Pico de Castellar por la izquierda, es de materiales sueltos, con núcleo central de margas y espaldones de conglomerados, con una altura de 80 metros por 14 de anchura de coronación, con una longitud de 636 metros. Su construcción tuvo lugar entre los años 1991 y 1995. 


Abandonado el pantano; fuertes subidas nos acercan, de nuevo, a los pinares de a Muela, para bajar por el GR-252-1(Camino de la Vera Cruz de San Lázaro). Empinado sendero que zigzagea sobre las rosas areniscas de la solana de la Muela. Pronunciadas escaleras le añudan a descender hasta los baños, a los pies del castillo y puerta de entrada a Alhama.


Después del esfuerzo, podemos solazarnos con la contemplación de la arquitectura religiosa del XVIII, como la iglesia de San Lazaro y su estupenda portada, o la de la Concepción. Con edificios civiles como la casa de la Tercia, granero del marqués de los Vélez que conserva sobre su fachada el escudo rodeado del toisón de oro, y las casas señoriales del casco antiguo con coloridas fachadas.


La merecida hidratación en el bar de los Hermanos, dará por finalizada esta estupenda jornada.

Mariano Vicente, Murcia, finales del mes de febrero del año 2014

*El GR ofrece tramos con alguna dificultad para ciclarlos entre la Muela y Gebas
**La rambla de Algeciras presenta tramos de alta dificultad
***La salida de la rambla se efectúa por senderos de fuertes pendientes
****El descenso por el GR de la Muela a Alhama, a demás de muy abrupto, es solo apto para personal muy preparado y que busque fuertes dosis de adrenalina. Los demás tendremos que hacerlo andando.

lunes, 17 de febrero de 2014

Biciletas por las aceras, ¿hasta cuando?

No puedo dejar de reflejar aquí una entrad del blog Bicicletas, ciudades, viajes... en el que se hacen la pregunta: Ala penúltima ¿va la vencida? Merece la pena.

 

Gracias

lunes, 10 de febrero de 2014

Por Ricote y Fuente Caputa


Salida y llegada: Yéchar
Distancia: 42.5 km.
Índice IBP: 87 (MTB)
Tiempo: 5.40 h.
Desnivel +: 943 mts.
Altura mínima: 288 mts.
Altura máxima: 816 mts.

Recorrido:
Ruta circular que desde Yéchar sube a la base de los Almeces y por la solana de la sierra de Ricote nos dirigimos al valle morisco de Ricote, para volver a buscar la solana del Cejo Cortado y por el Canal de Taibilla llegar a Fuente Caputa. Ya solo nos queda regresar por la rambla de Pera hasta Yéchar.

Track: http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6120581

Época: Todo el año

Dificultades:
Esta ruta ofrece la dificultad orográfica, con la subida hasta la base de los Almeces, el descenso muy pedregoso de este mismo sendero. Un tramo en Fuente Caputa que hay que hacer andando y el rodar por la rambla de Perea con algunos tramos cerrados de adelfas y piso arenoso.
Atractivos de la ruta:
En general la propia comarca de la Sierra de Ricote, los Llanos de Yéchar y Fuente Caputa; este humedal permanente es considerado como Zona de Especial Protección para las Aves en la que es habitual la presencia de rapaces como el búho real, el águila real, aguilucho, gavilán, halcón peregrino o águila perdicera, también es fácil de contemplar la chova piquirroja o el sisón. La vegetación está conformada en su mayoría por especies características de Ramblas, como adelfas, carrizos o juncos; en las zonas de monte vemos especies como romero, tomillo, sabina negra, esparto, jaras y acebuche y arbóreas como el pino el carrasco.

Participantes: José Luis Rodríguez “el Puma” y un servidor.



Crónica:
Solo quedamos José Luis y yo. Los virus, las lumbalgias, los albañiles, el miedo… y no sé que cosas más, han impedido a los compañeros disfrutar de esta ruta por la sierra de Ricote y Fuente Caputa, salida que podemos considerar de diez por la diversidad de los tramos a utilizar.

La mañana a amenazaba viento, pero la verdad es que cuando comenzamos, sobre las nueve, no se movía ni una hoja y un sol radiante ilumina el paisaje, ofreciendo una majestuosa imagen desde Yéchar. En primer plano, los blancos, ocres y rosas de los Llanos de Yéchar, el verde grisáceo del Cejo Cortado a nuestra izquierda; a la derecha, el lánguido gris de la sierra del Cajal; delante, más oscura, la de la Muela, y al fondo el blanco imponente de los Almeces. 



Detenemos el coche y bajamos las bicis, están relucientes y engrasadas, saben lo que les espera. No podía faltar el Belmonte para entonar el cuerpo y hasta el espíritu. Comenzamos a pedalear entre el caserío, viejas casas de una sola planta, constreñidas por un par de carreteras y los campos de labor. El paisaje; enorme lienzo que un pintor entusiasta ha dibujado de almendros, cubriendo sus ramas de bellas flores, tan apretadas que parecen solo una, en un arcoíris sutil y oloroso que va del blanco al rosa. Suave subida en la que no hay mas sonido que nuestro rodar y el cloqueo de las perdices, el viento aún no ha aparecido aunque se le espera, mientras tanto nosotros nos introducimos entre pinos hacia la casa forestal de la Solana en la zona de Patruena.

 
El camino zigzaguea, indeciso, buscando la solana de los Almeces, cuando alcanza la cuota de los ochocientos metros, gira bruscamente al este buscando el valle morisco de Ricote; camino que parece realizado exprofeso para que podamos contemplar un soberbio paisaje. A los pies de un cerro, un ramillete de puntos blancos se arremolina trepando por la ladera; algunos cipreses, sobresalen sobre sus tejas ocres. Más allá, se intuye una ondula cinta verdosa separando esta paisaje cercano, de aquel otro en el que se difuminan las sierras lejanas.


Logrado el collado de la Mezquita, entre cabezo de Palazón y los Cuernos comenzamos el pedregoso descenso que caracolea hasta alcanzar la cabezera de la rambla de los Cuernos y por su derecha buscar la pista nos llevara de regreso hacia el collado Blanco. Al sur, la sierra del Cajal nos muestra su cara oscura, iluminada como esta, por el sol a su espalda.



Descendemos, desandando parte del camino, buscando la pista del canal del Taibilla, que discurre ondeante bajo el cejo Cortado. Pista de las de antes, cuando aún las cosas se hacían con fundamento; al principio recién acondicionada con zahorra, pero pronto sale a relucir su base, de pequeña piedra fuertemente incrustada, firme, compacta, resistente, que con el paso del tiempo se vuelve incomoda. Yéchar se vislumbra allá abajo, sus ocres tejados se confunden con el ocre de los campos, apenas algún lienzo encalado disipa nuestra duda. La pista, que acompaña al canal, desemboca en la asfaltada Cañada Real de Calasparra, que seguimos hasta el antiguo abrevadero del Capitán en Fuente Caputa, zona de descanso habitual de los ganados trashumantes.



Sucesión de pozas de agua esmeralda a las que rodean carrizos y adelfas, beben las rapaces, las chovas piquirrojas y los sisones. Constreñidos por altas paredes rojizas, el pedalear se hace complicado; echamos pie a tierra y continuamos entre pulidas y escalonadas rocas hacia el esbelto acueducto, que el canal del Taibilla construyo para salvar la rambla, edificando también, una central eléctrica bajo la Majada de las Vacas.



Bajo el canal, tomamos la pista de su margen izquierda, cruzamos la rambla bajo la atenta mirada de unos personajes que cuelgan, frágiles –a mi me lo parece- de las paredes verticales. El camino se introduce en la rambla junto a la Casa Perea, circulamos sobre un lecho de cantos rodados y arena en el que las adelfas cierran el paso, zigzagueamos sobre la grava buscando un hueco. De nuevo encontramos gentes colgadas de las paredes; a su lado, viejos apriscos cierran sus puertas bajo el techo de someras cuevas, antiguas casas de labor bordean la rambla aprovechando sus magras aguas. Pasadas las casas de la Cueva, es mejor abandonar la rambla por su margen izquierdo, si no lo hacemos así, nos esperan polvorientos caminos entre limoneros, con salidas bloqueadas por puertas y alambradas, signo inequívoco de nuestros tiempos.



Mariano Vicente, febrero de 2014.

domingo, 2 de febrero de 2014

Umbría de Altaona


Salida/Llegada: Estación del Carmen, Murcia
Distancia: 52.86 km.
Índice IBP: 74 (MTB)
Tiempo: 5.00 h.
Desnivel +: 824 mts.
Altura mínima: 16 mts.
Altura máxima: 476 mts.

Recorrido:
Ruta circular que sube por el desfiladero del Garruchal y el camino de los Puros para volver por la Senda Bonita y el camino de los Militares y tras cruzar la carretera del Cabezo de la plata subir por el camino del Ángel para buscar la fuente de los Guinovinos y regresar a Murcia.

Época: Todo el año.

Dificultades:
Esta ruta no ofrece dificultades en su recorrido. Utilizaremos carreteras, pistas en buen estado, senderos construidos para la repoblación forestal, algún camino algo pedregoso y otra vez carretera.

Atractivos de la ruta:
Recorreremos el este del Parque Natural del Valle entre pinos, oliendo a romero y tomillo, con unas magnificas vistas hacia el campo de Cartagena, llegando incluso a distinguir, los días despejados, el Mar Menor. A continuación tomaremos contacto con la sierra de Altaona, habitad del búho real y numerosas rapaces.

Participantes:
Matías M. Gil, Ángel Martínez, José Luis Rodríguez “el Puma”, Carlos Álvarez, Felipe, Paco “el madrileño” J.A. Planes, Paco “el Topo" Pepe Pina y un servidor.

Track:http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=6060219


Crónica:
Ha amanecido un día rarillo, altas temperaturas (12 º en el día 1 del mas de febrero, a las 9.00 h.), cielo con nubes y claros y poco viento. Nos reunimos cerca de la estación de ferrocarril del Carmen, ante un café humeante y unas tostadas con aceite de oliva, poco a poco van llegando los compañeros, sobre las nueve ya estamos en marcha. En San José, se nos une el resto de la tropa y ya todos juntos encaminamos el desfiladero del Garruchal. Durante la subida nos pasa un grupo de “carreteros” conocidos e intercambiamos algunas “puyas” bien intencionadas.


Nos desviamos por el camino de los Puros, nuestra intención es llegar al comienzo de la Senda Bonita y regresar por ella al Garruchal. Este sendero, con el romero en flor, duele respirarlo; nuestra vista alcanza hasta las sierras litorales de Cartagena y por el este las salinas de Torrevieja y el Mar Menor.



Una vertiginosa bajada nos deja de nuevo al final del desfiladero del Garruchal, cruzamos y comenzamos a subir por el antiguo camino de los Militares, la mañana se ha despejado y comenzamos a cruzarnos con algunos grupos que vienen en sentido contrario. Camino algo roto que lleva entre bancales de almendros y olivos hoy abandonados, a viajas alquerías derruidas que aun conservan un sabor de antaño. Veteranas higueras retorcidas, daban sombra en verano y surtían de brevas a sus moradores; a su lado, sobreviven arcaicos aljibes de panzudas cubiertas hoy sin uso.



Más ciclistas descienden por el camino del Ángel que nosotros tomamos en sentido contrario hasta subir hasta la valla que una vez pasada, descenderemos por el camino del Castellar, en plena sierra de Altaona. Descendemos por un precioso camino, poco frecuentado, hacia la rambla de los Herradores; en frente, podemos contemplar gran parte del valle del Segura, desde Murcia hasta Orihuela. En el siguiente cruce, tomamos hacia abajo por un camino sin nombre, que casi de inmediato, desemboca en un lugar encantador. Una fuente de la que no sé su nombre, alimenta una pequeña balsa de aguas transparentes donde sestean lo sapos a sus anchas; a su lado, un pequeño habitáculo con un espejo translucido, sirve para la observación de cuanta fauna se acerca a beber.


Continuamos hacia la carretera del Cabezo de la Plata, vigilados de cerca por la Loma del Retamonar; es un poco tarde y decidimos abortar el resto del recorrido y continuar por la carretera para reunirnos, lo antes posible, con nuestros compañeros “carreteros” que nos esperan en Los Ramos, en el bar La Sabia, ante una sabrosa careta asada en las brasas y la cerveza bien fría. Hasta la próxima.
Mariano Vicente, a principios de febrero de 2014.



Fotos: https://picasaweb.google.com/112109692808953413699/UmbriaDeAltaona