domingo, 14 de junio de 2015

Pirineos 2015: Primera jornada



Aún no son las siete; Juan ya me está esperando abajo. Apenas tardamos unos minutos en colocar la bici y demás trastos cuando llegan Matías y Felipe. Los saludos de rigor y a la carretera. La primera parada la hacemos en Fuente le Higuera para desayunar, es temprano y nos conformamos con café y tostadas. La siguiente es pasado Teruel, algo más consistente, y la última para comer en Sabiñánigo. 

Ahora ya estamos en nuestra salsa; comienza el Portalet, anticipo de lo que nos espera más adelante; el Aubisque y el Soulor. El tiempo empeora rápidamente, negras nubes cubren el escaso cielo que los gigantes de piedra nos dejan ver. Nos cruzamos con algunos ciclistas, valientes, casi  temerarios a los que el mal tiempo no arredra. Hay van, como centauros impasibles, pedalada tras pedalada, superando una tras otra las imponentes rampas del Oubisque. Apenas un parpadeo cuando se desata la tormenta, los limpiaparabrisas no dan abasto y ellos inmutables bajo el aguacero. Curiosamente nos reencontraremos con ellos en el mismo hotel.

Au Primerose Hotel es el local; y la población Argelès Gazost, local especializado en el alojamiento ciclista con instalaciones en consecuencia. Un bajo con cerradura electrónica de seguridad para guardar las bicicletas; ordenadas cada una en su gancho, a lo largo de las paredes. A la entrada un espacio para lavar y mantener la bici, cubos, esponjas, papel…, todo lo necesario para dejar a nuestras compañeras en perfecto estado de revista.

Las habitaciones en si, limpias y correctas sin más; con baño y wc, el servicio atento, nos muestran el local y sus instalaciones, disponemos de un espacio en los bajos para lavar y colgar la ropa y una lavadora de siete kilos a nuestra disposición por cinco euros. La cena, algo temprano para nosotros los españoles, comienza a las diecinueve treinta. Largas mesas acogen a cerca de treinta ciclistas junto a nosotros, y no puedo por menos que acordarme de mis tiempos de mili; todos en fila, todos hambrientos. Comienza la cena con una sopa de tomate dónde nadan trocitos industriales de pan que no sé si esta frito o lo aparenta. El segundo presenta mejor aspecto, cordero asado en salsa con guarnición de guisantes. El postre, lo mejor de la cena, una crema con base de plátano y confitura de limón. Un paseo para hacer tiempo y a la cama.    

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