domingo, 22 de noviembre de 2015

Castillitos 2015



Sol cálido de inverno, sol de Murcia, hoy será un sol marino de gaviotas. Deslumbra de amarillo oro el esparto tachonado del verde intenso de los palmitos, todo enmarcado por un azul que huele a mar. Por encima; la línea del horizonte blanca de sales, y más arriba aún el azul limpio y luminoso de nuestra tierra, el azul de Sorolla y Gaya. En las cumbres, apuntando a un enemigo invisible, recortando sus siluetas negras de mil batallas jamás libradas, las baterías de costa de Castillitos. Hoy nos toca; al menos una vez al año tenemos de venir a revivir este paisaje, planear sobre las laderas ocres de cabo Tiñoso; pisar las gruesas, casi negras arenas de Cala Salitrona, dejar nuestras efímeras huellas que el mar borra en espuma.


Como ciclistas corrientes, de los de andar por casa, comenzamos con un buen desayuno a base de café y tostadas, lejos de los modernos productos sintetizados por la industria, algo casi artesanal, sabroso y cercano, antes de renovar nuestra simbiosis con esta ruta alejada de todo lo que no suponga deleite y disfrute de esta tierra nuestra, cálida y acogedora de que gozamos; mientras en el norte peninsular tiritan los termómetros.


Isla Plana y su minúsculo puerto apenas apuntado, y su misteriosa Cueva del Agua o los Baños de la Marrana, negro sobre azul junto al dorado de la arena. Campillo de Adentro, rescoldo de sudores, de ralas cosechas, de recios esfuerzos. Paisaje avaro en el que sobrevive la higuera junto a los hoy inútiles algarrobos; junto a ellos olivos grises y chaparros. Abandonadas; viejas instalaciones militares sobreviven junto a la carretera que serpentea, negra de asfalto entre cabezos y pinos.


El silencio; que la brisa susurra sensual a los espartos y que nosotros mancillamos; invasores descarados. Somos cinco, Matías, Felipe, Juan Bautista, Antonio, nuestro hombre eléctrico, y yo mismo. Unos nos dejamos caer hacia la femenina y seductora Cala Salitrona por camino tortuoso de piedras celosas de su intimidad. Otros continúan por la más suave alternativa del asfalto. Nos reencontramos arriba, junto a las Baterías, tras superar el sendero, que sinuoso, se eleva en la ladera. 


Instalaciones militares deterioradas por el abandono y el abuso, por la incultura y la desidia, pero aún recuperables, bellas y orgullosas de su pasado, altivas y dominantes de un mar que se extiende a sus pies; mar casi domestico, testigo de grandezas y miserias, de guerras y diásporas que por desgracia nos tocan de cerca. A horcajadas sobre el poderoso cañón contemplo este mar apacible, cruel cuando se lo propone, mudo testigo de singladuras familiares, unas veces con todo el trapo arriba guiando la derrota entre las olas tratando de ganar al compañero, otras flirteando con delfines y jugando a descubrir nuevas calas; y alguna vez, las menos, sujetando con firmeza la caña, aferrado el trapo, empapado hasta los huesos mientras buscas resguardo en un puerto amigo.



La ruta nos sabe a poco, ya no queda sino el regreso, entre ramblas y playas, hasta el lugar donde alrededor de la mesa compartiremos viandas y amistad. Cuentan los compañeros aventuras, engrandecidas hasta la exageración y aceptadas por los demás con estoicismo sabedores de que llegará el desquite en nuestro turno. Proyectos de nuevas rutas, valoraciones del material, y todas esas cosas de lo que hablamos los enamorados del ciclismo.


Mariano Vicente, noviembre de 2015.     

7 comentarios:

  1. Ya me estoy arrepintienfo de no haber ido. Excelente reportaje. ..como siempre Mariano.

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    1. Antonio, es un paisaje que siempre merece la pena. Desconocido y salvaje pero al mismo tiempo cercano y familiar. Merece una visita en cualquier época del año.

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  2. Ya me estoy arrepintienfo de no haber ido. Excelente reportaje. ..como siempre Mariano.

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  3. Preciosa descripción de unos paisajes inigualables, de los mejores de la región y de los mas desconocidos.

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  4. Precioso relato y me alegra vuestro disfrute.

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  5. Precioso relato y me alegra vuestro disfrute.

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  6. Una pena que no pudieras venir José Luís

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