martes, 19 de enero de 2016

GR-7.1 Collado del Almacilón-Caravaca



 

Bajo del autobús y el viento me recibe a bofetadas. Corre gélido los campos, nada respeta. Busco refugio tras una tapia, aunque sirve de poco; gorro y guantes lo primero, luego el gps y el track. Abandono la poca protección de la tapia y busco el camino entre los campos, encuentro las tablillas de GR-7.1 aun en tierras andaluzas que me sitúan en el camino de Cañada de la Cruz 



Ahora el viento ayuda, viene de cola y se mantendrá así toda la jornada. Al frente; el Cerro de la Molata donde se encontraba el Oppidum ibérico de Casa Vieja, uno de los más grandes e importantes de la provincia de Granada, estuvo en activo desde el siglo V a de C. hasta el siglo II a de C., a nuestra derecha El Almacilón y sus 1410 metros. Desde el Collado ya vemos el caserío, blanco, rojo, ocre y añil de Cañada de la Cruz. Hay un pequeño monolito que separa los dos lados del camino, el andaluz y el murciano y en él una pequeña placa en homenaje al Dr. Enric Aguadé i Sans, pionero del senderismo y un gran contribuyente a su desarrollo.



Revolcadores, El Obispo y los Odres colapsan el horizonte. Una carreterilla recorre su solana hacia el Hornico, punto en el que la debemos abandonarla por el pedregoso camino del Moral a Archivel, siguiendo esta vez la solana de la Sierra de Gadea hasta Tartamudo. Continuamos por los llanos al norte de la Sierra de Mojantes, la más alta de Caravaca con 1.615 metros de altura, protegida como zepa donde enseñorea el buitre.  



Pasamos cortijos y corrales, carrascas y pinos. Campos de hortalizas se extienden hasta el horizonte antes de llegar a los caseríos de las Casicas y Noguericas  pertenecientes a la pedanía de Archivel. No podemos dejar este pueblo de origen celtíbero sin hacer parada y fonda en el Chita. No hay tiempo para las migas, ni para el cordero segureño; nos conformaremos con cerveza bien fría, unas olivas y un bocata de tocino, las yemas y el alfajor los dejamos para mejor ocasión. A la salida; nos dirigimos al barranco que genera el río Argos en la solana de la sierra del Pinar Negro, zona de carrascales, pino carrasco, laricio y algunas manchas de sabina.



Este tramo es menos uniforme que el anterior, si en el primero primaba la pendiente negativa y el viento de cola hacia que en muchos momentos hiciéramos uso del freno para sujetar un poco la bici, en este a pesar de continuar el viento, el terreno se hace más variable, con pequeñas subidas y bajadas, aunque prevalecen estas últimas. Tanto en uno como en otro, encontraremos firmes de todo tipo, predominan los caminos rurales en buen estado, que se alternaran con tramos pedregosos y algún trozo de asfalto.



Tras cruzar la rambla de Bejar, que drena los campos del mismo nombre al noroeste de la sierra del Buitre, ya podemos decir que estamos en Caravaca, pasados los pequeños llanos de Bejar nos dejamos caer hacia el paraje natural de las Fuentes del Marques, a tan solo dos kilómetros del casco urbano, cuatro nacimientos de aguas con un caudal medio de 320 litros por segundo. Ya solo nos queda entrar en Caravaca; en nuestro caso nos dirigimos a la estación de autobuses, pues en apenas unos minutos sale el nuestro.


Mariano Vicente, enero 2016. 

algunas fotos...                                  el track...

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