domingo, 8 de mayo de 2016

200 Millas II



Me paso la vida metiéndome en mil líos, pero no lo puedo evitar. Hoy hemos salido a la 7 de la mañana, prácticamente de noche con el único objeto de llegar antes de las 15.40 a Lorca, hora de salida del cercanías para Murcia. El siguiente es a las 17.40; muy tarde para estar en Molins (Orihuela) a las 19.30 y presentar una proyección sobre bicicleta y aventura y su posterior charla-coloquio a la que me había comprometido.

Sientan mal, las tempraneras rampas del Puerto del Garruchal, primero de los tres de la jornada. Hace un poco de fresco que el puerto se encarga de disipar. El horizonte, cubierto, y el pronóstico amenaza lluvia. Ya es casualidad que en el lugar más seco de España, los dos días de mis 200 millas, amague con llover y lo que es más improbable aún; que lo haga.

Por la Tercia y Sucina llegamos a Los Alcázares. Nuestro próximo punto de paso será la Unión. Aquí le propongo a Juan de tomar algo y como siempre terminamos "pasándonos". Una lasaña de calabacín y jamón, magra frita con tomate, tortilla de patatas, un litro y café. Repuestas las fuerzas nos lanzamos en pos de la ciudad departamental. No nos detenemos, el tiempo apremia y como descubriré más tarde las fuerzas escasean.


El Cedacero corta el paso entre Cartagena y el Puerto de Mazarrón, no hay más remedio que escalarlo. Es una subida tendida que te va mermando las fuerzas casi sin notarlo pero que al cabo de los kilómetros se hace patente. La cima la forman dos jorobas casi simétricas que dan paso a una espectacular bajada hacia Isla plana y el Puerto.

Y aquí comenzaron mis problemas, todo hacia arriba hasta coronar el puerto de Morata en plena sierra de las Moreras. Las fuerzas escasas; cansancio acumulado del día anterior; y para colmo, en lo peor de la subida, el cielo se abre y deja caer un sol de plomo derretido. En un par de ocasiones me detengo bajo la sombra de los pinos, descanso y aprovecho para beber un poco, se me está atragantando el puerto. No es gran cosa, solo la mitad final se puede considerar como tal, algunas rampas cortas pero de porcentaje elevado té lo recuerdan. Por fin estoy arriba ya solo queda bajar, serán quince kilómetros, la mitad en suave ascenso. ¡Quién me mandaría a mí meterme en estos berenjenales!


Estamos en la estación de Lorca Sutullena, son las 15.30 y aún nos han sobrado diez minutos. ¡Somos unos machotes! ¡Como se nota que ni Juan ni yo tenemos abuelas! Estas 200 Millas nos han salido por un poco más; 352 kilómetros en que hemos realizado en dos días, 216 el primero y 146 el segundo. Era un proyecto personal al que estaban invitados todos mis amigos pero circunstancias personales con escusas de los más pintorescas han hecho que al final solo Juan Bautista y yo lo lleváramos a cabo.

Mariano Vicente, en plena recuperación un domingo 1 de mayo de 2016. 


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