Negro, pero muy negro lo tenemos esta mañana, ese es el
color del cielo, de sus nubes y de nuestro ánimo. Y para confirmas nuestros
temores comienza a caer algunas gotas. Pero la amenaza no ha sido más que eso.
El cielo ha jugado a intimidarnos, y lo ha hecho bien, pero no ha pasado de
ahí. Toda la mañana ha estado jugando con nosotros hasta llegar a Soria, y
nosotros contentos de que se haya conformado con eso.
Además hacía frío, el viento de poniente, que a pesar de
venir a favor, era realmente helado. Los dedos ateridos, al igual que el cuerpo
en los tramos de pendiente favorable. Manga larga y el chubasquero puesto la
mayor parte del tiempo.
Hemos pasado por Covaleda, lugar de procedencia de los
padres de mi suegra. Siempre me hablaron de los “derechos de suerte” por el que
se les reconocía una parte en el aprovechamiento de los montes comunales del
municipio y que a mi mujer le correspondía parte entera. Nunca lo tuvimos en
cuenta, pero hoy al paso por el pueblo me ha venido a la cabeza.
No sé si mi mujer desciende de los Pelendones o de los Duracos,
pero peleona –en el buen sentido de la palabra-, es un rato. Cuentas las
crónicas que más de una vez les dieron las del pulpo a los romanos; son duros
estos covaledenses.
La etapa no ha presentamos más dificultades que la amenaza
de lluvia. Hemos recorrido el sur de las sierra de Urbión, encontrándonos con
el Duero a la altura de Covaleda. Por Vinuesa hemos rodeado el embalse de la
Cuerda del Pozo que forma el Duero. Bonito paisaje de sierra y pinares bien conservados,
en su mayor parte sin maleza alguna que favorezca los incendios. Carreteras en
buen estado y sin tráfico, de rodar fácil. Lo que nos ha permitido llegar antes
de la hora de comer a Soria; me atrevo a decir que la mayor dificultad ha sido
la entrada a Soria por el Camino Natural del Agua o Camino Antonino. Este
camino aprovecha el antiguo trazado de la Vía XXVII del Itinerario Antonino que
unía las localidades de Augustóbriga y Numancia, hoy el GR-14 entre Soria y
Tudela.
Por primera vez en este viaje vamos a comer como “personas
normales”, esto es duchados y de paisano y nos hemos ido a un local cercano al
hostal; restaurante Garoa, donde hemos comido con fundamento. Y como en los
viajes organizados; tarde libre.
Mariano Vicente; en la ciudad de Soria, con frío y lluvia,
un 15 de junio de 2016.
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