sábado, 18 de junio de 2016

Triangulo Santo Jornada 12 Calatajud-Monreal del Campo





Calatayud nos despide con una temperatura que en nada se parece a la de días anteriores, mucho más suave ronda los 20 grados. El cielo relativamente despejado y la carretera en buen estado convierten en un verdadero placer el pedalear. Pasan pueblos apellidados del Jiloca y otros que han renunciado a ello. Daroca está a mitad del recorrido; la vieja dama se quedo sin autovía y sin AVE y ahora vive de los recuerdos. Calamocha nos recibe con un cielo revuelto, nubes negras descargan cortinas de agua; pues muy bien, nosotros nos ponemos a resguardo en Casa Mariano, nos distraemos con unas carrilleras al horno que añudan a amenizar la espera. 



No tenemos prisa, apenas nos quedan unos kilómetros para llegar a nuestro destino. Durante el camino, comprobada nuestra buena marcha, en especial por el viento a favor, hemos barajado la posibilidad de llegar hasta Teruel en lugar de finalizar en Monreal; cincuenta kilómetros más no nos iban a asustar. Lo que nos ha hecho desistir ha sido la imposibilidad de encontrar alojamiento, una oposición que tiene lugar mañana en Teruel ha colapsado todos los alojamientos de la ciudad. Una pena pues nos hubiera ayudado a racionalizar las etapas siguientes.



En el alojamiento estábamos a primera hora de la tarde. Como hay tiempo, colada a fondo, además hay una terracita que facilita todo el tinglado de tender la ropa. Una siesta y un paseo por el pueblo, corto que tampoco es muy grande, para hacer tiempo para cenar.



Tras la cena me pongo a escribir estas líneas con la intención de subirlas al blog, vano intento, la wifi esta, pero tan débil que es imposible hacer nada con ella, no me queda más remedio que dejarlo para mañana o bajarme al comedor. Si veis publicado esto hoy es que he bajado al comedor.



Mariano Vicente, en Monreal del Campo, viernes 17 de junio de 2016


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