jueves, 9 de junio de 2016

Triangulo Santo: Jornada 3 Grandas-Tineo





A pesar de la buena temperatura, los primeros kilómetros he pasado frío. Una espesa niebla ascendía desde el pantano mezclándose con la que descendía de los collados cubriendo bosques y carretera, haciendo descender la sensación térmica. En plena curva una ardilla me ha echado una carrera que he ganado yo; era cuesta abajo. Cosa que a ella no le ha parecido nada bien, ya desde lo alto de su atalaya me ha dirigido, colérica, expresiones que a pesar de no entenderlas, he supuesto a que se refería. El incidente, simpático en sí, me ha subido la auto estima. Ya tengo al menos una ocasión en la que he ganado.



Cruzando la presa del embalse de Salime sobre el Navia, comienza una subida de más de treinta kilómetros con solo un descanso a la altura de Berducedo por la AS-14 que nos llevara hasta el Puerto del Palo. Me gustan más estas montañas asturianas. Aquí “lees” la montaña, la carretera, te haces una idea. Ves si tienes que ascender el monte porque vas al valle que está al otro lado y cuando llegas arriba “ves” a dónde vas. Las gallegas son otra cosa; no ves nada, no “lees” nada, subes y no sabes que hay detrás y cuando llegas arriba, solo hay otro monte y después otro y así hasta casi el infinito. Cuando llegas a un pueblo sabes que estás en él cuando lees el letrero de la entrada.



La carretera en buen estado, coge altura por la umbría del Alto de Valongo y nos va deparando unas magnificas vistas de las colas del embalse de Doiras encajado entre la sierra de San Isidro al norte, y las más próximas de Carondio y Muriellos. La carreta fue construida junto con la presa para sustituir la que comunicaba Berducedo y Grandas de Salime a través de San Martín del Valledor, Villarpedre y el valle del río del Oro. Hay un mirador colgante con vistas a la presa y la central eléctrica diseñado en hormigón por Vaquero Turcios, conocido como La Boca de la Ballena.




En Berducedo, la carretera gira y cambia de sierra. Estamos sobre los 900 metros y llevamos unos 16 kilómetros de ascensión, y nos tomamos un respiro. El pueblo ha adquirido un nuevo impulso con el Camino Primitivo y ofrece varios lugares; tanto para alojarse como para comer o comprar. Tras tomar un refresco, continuamos por nuestra ya conocida AS-14 que nos llevara a través de la sierra del Palo hasta Pola de Allande.



Se hace duro en los tramos que la carretera queda expuesta al sol, el calor aprieta y el terreno supera ya los mil metros. Aun tendremos que esforzarnos para alcanzar los 1146 del Puerto del Palo. Bajada de infarto sin apenas tocar los frenos hasta un potaje en restaurante la Nueva Allandesa. Lo malo del potaje, la fabada y lo que las acompaña, es que luego tienes que subir cinco kilómetros en plena siesta y haciendo la digestión.
Hasta Tineo aun nos espera otra subida de cuatro kilómetros con la digestión a medias, pero que damos por bien empleados. Ducha, cena y a la cama.




Tineo, miércoles 8 de junio de 2016.     

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