lunes, 10 de octubre de 2016

III Marcha Cicloturista de Bicicletas Clásicas La Retrovisor.





Es domingo, 11 de septiembre y participamos por segunda vez en La Retrovisor; Marcha Cicloturista para Bicicletas Clásicas que se celebra en Solares. Participamos el año pasado quedamos encantados y no esperamos menos de este año. Más de cien ciclistas ataviados a la manera tradicional nos encontrábamos en la finca Marqués de Valdecilla para tomar la salida. Los dorsales, recogido la tarde anterior, nos permitió tener algo más de tiempo para saludar a conocidos y amigos. A la firma coincidí con Tomás, "Señor de las Encartaciones" con el que haría parte del recorrido. Pasadas las diez se dio la salida siempre controlada por el equipo organizador, que tras un sinuoso recorrido por los alrededores, nos condujo al centro de Solares, lo que agradecieron numerosos curiosos y aficionaos que se congregaban en las aceras aplaudiendo a nuestro paso, lo que te producía una extraña sensación, entre orgullo y satisfacción.




Por la ladera sur de Peña Cabarga, final de etapa de la última Vuelta, nos dirigiremos al Parque de  la Naturaleza de Cabárceno, no sin antes tener que superar las fuertes rampas que dan acceso a la localidad de Somarriba. El Parque es un poco especial, está emplazado en una antigua mina de hierro y su característica más importante es el régimen de semilibertad en que se encuentran los animales. Pertenece al gobierno de Cantabria y su propósito es el de la educación ambiental y los trabajos de investigación sobre la conservación animal. Y ablando de animales y sin ánimo de ofender, los ciclistas de décadas pasadas debían ser unos verdaderos "bestias" para poder mover unos desarrollos que me atrevo a calificar de inhumanos. Un plato pequeño de 42 dientes juega con unos piñones en el que el mayor no superaba los 20. Toda mi admiración para ellos, porque yo debo de ser un "flojeras" pues he puesto un piñón de 28 a mi Vitus y apenas puedo moverlo.

 Imagen: La Retrovisor

Reagrupados en Cabárceno y tras atravesar el parque, reanudamos la etapa por carreteras más accesibles donde las rampas no eran tan agónicas. Por Obregón, Sarón y Abadilla nos introducimos en la ribera del río Pisueña, hasta la localidad de Esles donde la organización nos sirvió un estupendo tentempié en un bello paraje dominado por la ermita de San Cipriano. Con energías renovadas nos dirigimos hacia Lloreda y Arenal, cruzamos la A-8 cerca de La Helguera y por la N-634 nos dirigimos a Pamanes. Tras unos cuantos pueblos, barrios, carreteras y caminos asfaltados que recorren toda esta zona ganadera, llegamos a la localidad de La Cavada, lugar de un emotivo acto en el que Enrique Aja entregó el trofeo Vicente Trueba a unos de los ciclistas más longevos -96 años de historia del ciclismo- de Cantabria: Antonio San Miguel Lata. Las bonitas localidades de Líérganes y Ceceñas serán las próximas que atravesaremos para por un camino cercado por los campos de maíz subir hasta nuestro destino en Valdecilla. 

 Imagen: La Retrovisor

Guardar la bicicleta, una ducha rápida y a sentarnos a la mesa con los amigos. Bastante conseguido el arroz en paella, a base de carne y marisco. No estaría nada mal cuando valencianos y levantinos no pusimos pega alguna. A los postres se realizó el habitual sorteo donde la suerte me sonrió en dos ocasiones; la primera era una distinción al ciclista más lejano y mira por donde éramos tres, y los tres murcianos y una mano inocente me eligió a mí. De nuevo la fortuna llamó a mi puerta para que no me faltara con que desayunar las próximas semanas; un lote de sobaos y cafés El Dromedario. No quiero alargarme más, solo felicitar a la organización por su buen hacer, a Enrique Aja y su familia por su cordialidad, y citar a los amigos para vernos como mínimo el año que viene en esta bonita localidad de Solares.

 Imagen: La Retrovisor

el track

Mariano Vicente; Murcia, 12 de septiembre de 2016.                     

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